5 Películas que demuestran que la tecnología lo ha cambiado todo

Aunque las premisas del cine siempre van muy ligadas a la acción, la intriga, el drama y el amor, es el encuadre (cuándo, dónde, quiénes) lo que convierte cada título en una obra de arte o no. Algunas películas son tan originales o novedosas que quedan en el recuerdo para siempre, como sucedió con Blade Runner, que marcó un antes y un después en el cine futurista. En las películas infantiles hemos notado un drástico cambio, porque aunque los guerreros y las princesas siguen existiendo, para que los más pequeños se sientan identificados con las anécdotas se suelen introducir elementos tecnológicos (ahí está Hotel Transilvania, por ejemplo, para demostrar que es posible aunar mundos muy dispares).

Lo que está claro es que hay titulos que nunca habrían existido sin que la tecnología hubiese irrumpido en nuestras vidas, y que demuestran cuánto ha cambiado nuestro mundo en las últimas tres décadas debido al valor que le damos a la misma. Veamos algunos ejemplos.

La Red Social. (2010, Danny Boyle)¿Qué se esconde detrás del todopoderoso Mark Zuckerberg? ¿Cómo llego a ser el gran magnate que es hoy, tras crear Facebook? Esta inspiradora historia nos muestra a un grupo de estudiantes universitarios que ni se creían a dónde estaban llegando con su ocurrencia. De querer crear una herramienta interna para hermandades a controlar en el momento presente casi más búsquedas que Google y haber podido absorber otras grandes compañías como WhatsApp o Instagram.

Steve Jobs. Del mismo director que La Red Social, se trata de la segunda biopic del rostro más conocido de Apple incluso después de su muerte. Se estrenó en 2015 dos años después que la versión de Joshua Michael Stern. Jobs ha dado para que corra mucha tinta y sigue haciéndolo. Ya en 1999 otra película le retrató junto con Steve Wozniak y Bill Gates: Piratas de Sillicon Valley. Un conjunto de películas que nos muestran los orígenes de las grandes compañías en las que se basa prácticamente todo gadget que usamos hoy por hoy.

Runner, Runner. (2013, Brad Furman). Con un reparto de conocidos que incluye a Justin Timberlake y Ben Affleck, trata de un universitario jugador de poker online que, tras perder una cuantiosa suma, decide hacer una visita al corrupto dueño del negocio, pues intuye que ha sido estafado. Sin embargo, termina convirtiéndose en su mano derecha. No obtuvo flamantes críticas, sin embargo es icónica para los amantes del género porque es pionera en abordar el juego a través de internet. Muchas mejores expectativas despierta la película de poker Molly’s Game, esta es una biografía de la autodenominada “princesa del poker” Molly Bloom, en este caso interpretada por Jessica Chastain, quien parece que podría aspirar al Óscar por esta interpretación. El filme, que se estrenó el pasado mes de Enero, está también dirigida por Danny Boyle, por lo que va bien encaminada para ser un éxito. Eso sí, en esta el juego se aborda desde un enfoque más clásico al ser autobiográfica.

Emoji (2017, Tony Leondis). Que una película de animación guste mucho a los niños no significa que no pueda hacer las delicias de adultos y adolescentes. Esta divertida historia es un compendio de todas las novedades que nos ha traído la tecnología directamente a la palma de nuestra mano: WhatsApp, Candy Crush, YouTube… todo queda reflejado en un mundo de ficción en el universo de los píxeles. Ni los personajes, ni los escenarios, ni el concepto en sí habrían sido posibles hace siquiera una década, pero hoy es de rabiosa actualidad.

Ralph Rompe Internet (2018, Phil Johnston y Rich Moore). Disney ha sabido tomar nota y seguramente va a arrancarnos muchas carcajadas en el último mes del año con la secuela de Rompe Ralph. Este segundo capítulo es a internet lo que la primera entrega al mundo de los videojuegos: un auténtico homenaje en el que el protagonista, junto con su inseparable Vanellope, emprenderán un viaje en el que veremos muchos logos conocidos. Seis años han pasado desde Rompe Ralph, y aunque sigue siendo muy actual, esta segunda parte es el complemente perfecto que retratará la infancia y adolescencia de muchos de los que disfrutaron con las aventuras vividas en Sugar Rush.

¿Y qué nos deparará el futuro? Pues también está posiblemente retratado, pero en la serie Black Mirror. Tras siete años y cuatro temporadas, la original y futurista creación nos ha dado mucho que pensar sobre nuestro uso de la tecnología y cómo estamos quedando irremediablemente supeditados a nuevas reglas a causa de ella. Algunos capítulos menos creíbles que otros, todos nos muestran hasta dónde podríamos llegar si no ejercemos algo de control. Black Mirror es la hipérbole de las redes sociales y sus likes, de la vigilancia y de la geolocalización, entre otros. El concepto viene de situaciones muy reales, llevadas al extremo. Quién sabe, tampoco se nos había ocurrido que en un futuro fuésemos a exponer nuestras fotos en Instagram. Regreso al futuro profetizó aerodeslizadores y coches voladores, pero no las redes sociales. Lo que ahora nos parece ciencia ficción, en diez años podría ser nuestro presente.